UN VIAJE A TRAVÉS DE LOS SENTIDOS
Desde sus muros de mampostería hasta las cubiertas vegetales, el proyecto se arraiga en la tradición de la región, reinterpretando técnicas ancestrales para responder a las necesidades contemporáneas. Los materiales naturales, como la piedra caliza y la madera, no solo evocan la memoria del lugar, sino que también permiten que los edificios respiren, armonizándose con el clima mediterráneo y sus ciclos.
El diseño, profundamente ligado al terreno, sigue la topografía con bloques escalonados que parecen emerger del suelo. Cada volumen está pensado para integrarse, no imponerse: las fachadas orientadas al mar reflejan la luz cambiante del día, mientras que las cubiertas vegetales se mimetizan con la ladera, borrando los límites entre arquitectura y naturaleza.
PRESERVAR EL ENTORNO MEDITERRANEO
Los espacios bajo rasante se convierten en el corazón oculto del proyecto, destinados a usos comunes y servicios esenciales, liberando el paisaje para amplias áreas verdes y conectando la arquitectura con su entorno. Esta decisión no solo minimiza el impacto visual, sino que también crea un equilibrio entre lo construido y lo natural, donde la piedra es el puente que une ambos mundos.
La interacción con la luz y el agua enriquece profundamente la experiencia sensorial. Las superficies reflectantes de las piscinas y los jardines escalonados generan juegos de sombras y reflejos, que recuerdan el movimiento constante del mar, el viento y la naturaleza viva. Los materiales son los vehículos de expresión, capaces de transmitir la esencia del lugar a través de su textura, temperatura, color y resonancia emocional.
REDEFINIENDO EL LUJO
Patmore The Unique Resort no es solo un destino, sino un manifiesto arquitectónico que redefine el lujo en términos de autenticidad y respeto por el entorno. Aquí, la piedra local es testigo y protagonista de una historia que celebra el diálogo eterno entre el hombre y la naturaleza.